Antes de firmar el contrato estuvimos hablando de nuestras necesidades y para que el gasto no fuera muy fuerte por la parte del casero, llegamos al acuerdo de que nosotros traeríamos colchón, somier, utensilios de cocina, cubiertos, cristalería, platería, alguna estantería, televisión y aparatos de video; de esta manera él prometió cubrir el resto de necesidades que la más necesaria y señalada por nuestra parte era la de cerrar la cocina (solo había que poner una puerta ya fuese más buena, o más mala), ollas y sartenes, amueblar el dormitorio (cómoda, armario y dos mesitas), amueblar la segunda habitación: con un sofá cama, muebles de almacenamiento, mesa de escritorio robusta y amplia para ordenador, y cortinas para tapar las cinco ventanas. Pues bien, el resultado es el siguiente:

- Cuando entramos descubrimos que no había limpiado el piso, por lo que tuvimos que limpiarlo nosotros (esto es algo que no lo especificamos porque dimos por hecho que lo limpiarían, un descuido por nuestra parte). Le hacía falta una mano de pintura por que lo pintaron antes de que le acabaran de construir el piso y tenía (y tiene) desconchones.

- Las ollas y las sartenes las recibimos el tercer día. Tuvimos que comer fuera el primero y encargar comida los dos días restantes.

- Los muebles del dormitorio los recibimos un mes después de entrar a vivir al piso, es decir, que estuvimos un mes con la ropa en cajas y maletas.

- El sofá cama lo recibimos al mes y medio, al igual que las cuatro sillas (hasta entonces estábamos conviviendo con dos sillas y no podíamos ofrecerle a invitados un asiento acorde para comer).

- Todavía falta que nos ponga la puerta de la cocina, las cortinas, la mesa de escritorio, los muebles de almacenamiento, la llave del buzón...

¿Puedo cancelar el contrato?