Sin conocer el contrato no es posible dar una respuesta segura, porque la responsabilidad de realizar las obras de conservación en locales de negocio depende en primer lugar del acuerdo de las partes, sea en el contrato o sea después. Solo cuando el contrato no dice nada ni hay acuerdo posterior se aplica la ley, en primer lugar la ley 29/1994 de arrendamientos urbanos y en último lugar el Código civil.

Suponiendo que el contrato no diga nada, la reparación corresponderá al arrendador siempre que no pueda ser calificada como "pequeña" y siempre también que el arrendatario ni las personas de su casa, empleados, clientes, hayan tenido culpa en la rotura. Sin embargo, la ley presume que la culpa es del arrendatario, que es el que posee el local y debe cuidarlo, y le obliga a probar que ni él ni las personas de su casa han tenido culpa.

En conclusión, si no hay acuerdo es necesaria la
intervención de peritos que determinarán las causas de la rotura.