Toda persona tiene el derecho constitucional a fijar libremente su residencia, pero también la correlativa obligación de señalar su domicilio. Considerando que es cada vez mayor el conocimiento que las administraciones tienen de todo lo que deja registro, pronto será imposible, si no lo es ya, pretender un beneficio de vivir en un lugar y evitar un perjuicio de vivir en el mismo lugar.

Si Hacienda sospecha alguna intención defraudatoria, desde luego que puede investigar, pero también puede saltar automáticamente la alarma. Su hermana no sufrirá perjuicio, porque puede acoger familiares en su domicilio sin declararlo en ningún sitio, pero tendrá que autorizar cualquier pretensión de empadronamiento. Para hacer constar en su declaración de renta el domicilio de su hermana no tiene que presentar ningún documento, pero deberá poner en la casilla 50 la clave 4 y consignar el cambio de domicilio en las etiquetas identificativas y en el sobre de la declaración.