Es preferible no perder la paciencia. Si los inquilinos siguen pagando la renta puede haber muchas razones que expliquen su ausencia. Posiblemente las operaciones que hay que hacer en el piso no tienen la urgencia que justifique la intervención, pero si alguna llegara a ser urgente, se debe actuar como si el inquilino fuera el propietario, obligado a permitir la entrada en su vivienda y consentir las reparaciones que exija el servicio del inmueble, con derecho al resarcimiento de los daños y perjuicios ocasionados (art 9.1.c y d. de la Ley de propiedad horizontal).

Si el propietario o arrendatario no quiere o, como ocurre en este caso por ausencia, no puede permitir la entrada, la comunidad tendría que presentar la correspondiente demanda de juicio ordinario, aunque previamente podría solicitar medidas cautelares para evitar los daños que ocasionaría un retraso en intervenir.