El contrato se prorroga a tu voluntad automáticamente  ( sin hacer ni firmar nada) hasta completar tres años en la vivienda. Como inquilino, en tu caso, puedes desistir del arrendamiento cuando te apetezca siempre que lo comuniques de forma fehaciente al arrendador con suficiente anterioridad a los treinta días de dejar la vivienda. Solamente si de forma expresa, en el contrato está prevista, según la duración pactada, una indemnización por desistir anticipadamente, habrá que abonarla a razón del importe  de un mes de renta por año que reste por cumplir. La devolución de la fianza no se pierde y la podrás recuperar siempre que no dejes desperfectos en la vivienda o deudas por suministros, en cuyo caso se te descontarán los importes correspondientes y se te reclamará el exceso, si la fianza no es suficiente para cubrirlo todo.