El contrato entró en vigor desde el momento en que se entregaron las llaves al arrendatario. El hecho de que en el contrato quedara reflejada la realización efectiva de la transferencia como condición suspensiva no quita el hecho principal de la entrega de llaves. Por tanto, tendrá que acudir a un procedimiento de desahucio como si esa cláusula no se hubiera puesto. Pero aunque el arrendamiento no hubiera entrado en vigor, la entrega de las llaves deshace cualquier ocupación ilegal, aunque naturalmente el propietario podrá acudir a una tutela judicial similar mediante una demanda de juicio verbal para los casos de precario (número 3º del artículo 250.1 de la Ley de enjuiciamiento civil, en lugar del desahucio del número 2º del mismo artículo 250.1, que corresponde cuando hay arrendamiento). En ningún caso podrá entrar ni desalojar por las bravas. Por último, la inmobiliaria solo será responsable si firmó el contrató en lugar del propietario sin tener suficientes poderes para hacer lo que hizo. Si fue el propietario quien firmó el contrato, la reclamación a la inmobiliaria resulta tan complicada que es preferible echarla en el saco del nunca jamás me volverás a ver porque algo he aprendido.