Uno de mis compañeros de piso se dedica a pegar gritos y hacer ruidos innecesarios a cualquier hora del día o de la noche. Últimamente pretende imponernos normas ajenas y hasta contradictorias con las que nos pone el casero y las acordadas entre todos, tales como que la cocina debe estar libre a la hora que a él se le antoja o que la puerta del baño ha de estar siempre abierta de par en par para que élsepa si hay alguien o no. Y se pone cada vez más agresivo cuando no bailamos cuando toca la gaita. Recientemente el casero le dijo que a finales de este mes ya no le pague el alquiler y se vaya, a lo que él se niega.