En el contrato de seguro intervienen como mínimo tres figuras:

El Tomador, persona que contrata el seguro y por lo tanto es quien ejerce sus derechos ante el asegurador. Es además quien figura como obligado al pago de la prima, y designa a los beneficiarios.

El Asegurador, que es la compañía aseguradora (a todos nos vienen muchas marcas a la mente). Tiene derecho a cobrar la prima, y la obligación de atender los daños que se hayan contratado. Esto es, debe correr con el coste de reparación o indemnización del siniestro.

El Beneficiario es el sujeto que recibe la indemnización, y puede ser el propio tomador, o persona distinta designada por él. También puede cambiar el beneficiario tantas veces quiera.

La firma del beneficiario, ni que se les comunique, el motivo es que no es sujeto de obligación, sino de derechos.

El consejo: Creo que es mejor preguntarle abiertamente el motivo por el cual hizo el seguro. En muchos casos he visto situaciones parecidas, y la razón suele ser del tipo... "lo hice por si teníais problemas que no perdierais todo, ropa, objetos, etc.."

Un tipo de seguro en el que se da con una alta frecuencia esta situación es el seguro de deceso, donde la mamá o el papá previsor, aunque su hijo/a se haya independizado, sigue manteniendoles póliza de seguros...

Mis disculpas por extenderme demasiado.

Un saludo.