En un arrendamiento de vivienda el destino principal ha de ser el de vivienda del arrendatario, su cónyuge o hijos dependientes. Junto a este uso principal, puede tener otros usos secundarios, por ejemplo profesional u hospedaje.

Por otra parte el subarrendamiento de una vivienda solo puede ser parcial, el subarrendatario puede destinarla a un uso distinto del de vivienda y fijar en ella su domicilio social, pero no podrá deducir las rentas ni los gastos correspondientes a la parte de vivienda del arrendatario subarrendador.

En lugar de un subarrendamiento se puede resolver el contrato actual y celebrar directamente con la empresa un contrato de arrendamiento para uso distinto del de vivienda, pero entonces estará sujeto al 16 por 100 de IVA y a las retenciones del IRPF, cuya reforma está en cocina para alcanzar probablemente el 20 por 100.