No sé cómo lo interpretará Hacienda, pero me temo que lo hará en sentido estricto, negando el derecho a la deducción a quien no aparece como arrendatario.

Sin embargo, en mi opinión es posible deducir siempre que el arrendatario titular del contrato no deduzca los mismos conceptos y que la contribuyente deduzca exclusivamente las rentas abonadas por ella, en otras palabras, si paga las rentas y de hecho es arrendataria. Para Hacienda no es arrendataria porque no figura en el registro de los depósitos, por lo que hay que adecuar la apariencia a la realidad, por ejemplo firmando el arrendador la cesión del contrato con fecha de 2007, lo que no le obliga a un nuevo depósito, porque el depósito está ligado al contrato y el contrato sigue siendo el mismo. Con eso podría defenderse en el probable caso de que a Hacienda le salten las alarmas.

No obstante, para el futuro es preferible un nuevo contrato con su correspondiente depósito.

Tu novio sí pero tú no, el contrato está a su nombre, tú misma lo has escrito.