Elena la dentista.... Este hilo es de hace seis años.... Los niños tendrán 15 y 17... con lo que ahora los problemas que darán a sus padres serán distintos y tal vez más complicados.

Por favor "profesional".... fíjese un poquito antes de subir un tema tan viejo...

Es denunciable, con independencia de que el nivel de decibelios supere lo permitido o de que sean necesarias pruebas y una cierta burocracia. El hecho de que sean "niños jugando" no es justificación para causar daños a las personas. Los padres son los responsables de proporcionar a los niños la educación y las condiciones adecuadas en la vivienda para que su actividad no perturbe a otros. No es justificable que se tengan niños pequeños sin un suelo bien acondicionado y unos muebles con fieltro en las patas para evitar que provoquen graves molestias a los vecinos a causa del ruido que producen. 
En España parece que el ruido está poco considerado como agresión, pero realmente es equiparable a una agresión. La diferencia es que los ruidos entre viviendas son agresiones relativamente anónimas y requieren una demostración. Pensemos en el caso de un niño que, "jugando", toca una trompeta en pleno oído de un vecino cuando está en el ascensor y le causa pérdida de audición o dolor. ¿Sería una agresión? Nadie lo dudaría. Tuviera la edad que tuviera el niño, los padres deberían compensar a dicho vecino por los daños ocasionados. Del mismo modo, si un niño, "jugando", te abolla el coche en el garaje, tienes derecho a recibir una compensación por los daños. ¿Qué diríamos si el trompetazo y el abollamiento del coche se produjera día tras día? Evidentemente sería denunciable y los daños a compensar mucho mayores a causa del trastorno psicológico que puede producir ese comportamiento. Pues bien, los ruidos de los vecinos pueden llegar a ser muchísimo más dañinos que un trompetazo esporádico o que te abollen el coche. 
No olvidemos que además de las consecuencias legales también están las consecuencias reales. Suele decirse que quien vive abajo está en desventaja ante una guerra de ruidos. Pero también quien tiene niños está en desventaja. Los niños necesitan dormir a determinadas horas y no soportan muy bien ciertos ruidos. Si el ruido pasa de suelo a techo también puede llegar de techo a suelo y hacer la vida bastante difícil al de arriba.
Mis consejos para quien tiene niños y vecinos abajo: 1. Si no es posible poner un suelo enmoquetado, poner fieltro en las patas de todas las sillas, mesas y muebles, con especial cuidado en aquellas que usan los niños. 2. Establecer un área de juegos en la casa, que puede estar en su cuarto o en otra habitación, y acondicionarla con materiales como moqueta, goma o similares. Esto incluye el suelo y, muy importante, las paredes.  3. No dejar al alcance de los niños objetos o instrumentos que puedan causar ruido como patines, pelotas, instrumentos musicales, etc.  4. Vigilar a los niños constantemente, no solo por su seguridad sino también para evitar que hagan ruido y que controlen los mandos de la televisión. 5. Sacar a pasear o a jugar a los niños diariamente para que gasten sus energías y jueguen donde deben. Un piso no es un lugar apropiado para jugar, salvo que tenga una zona acondicionada para ello. 6. Premiar a los niños cuando se portan bien siendo silenciosos y haciendo sus tareas, y castigarles (con tranquilidad) cuando son revoltosos y rebeldes. 7. Educar a los hijos en el respeto desde pequeños, dándoles ejemplo y no hablando a gritos, tirando cosas al suelo, dando portazos, haciendo ruido uno mismo con tacones, arrastrando muebles, etc. 
Quienes tienen niños deben asumir que, aparte de sus obligaciones como padres, al vivir en un piso adquieren obligaciones con sus vecinos y, por lo tanto, o toman medidas para evitar el ruido o acabarán teniendo problemas. A veces los problemas legales son los menos. Un vecino muy alterado puede provocar consecuencias mucho peores que una multa.

Es denunciable, con independencia de que el nivel de decibelios supere lo permitido o de que sean necesarias pruebas y una cierta burocracia. El hecho de que sean "niños jugando" no es justificación para causar daños a las personas. Los padres son los responsables de proporcionar a los niños la educación y las condiciones adecuadas en la vivienda para que su actividad no perturbe a otros. No es justificable que se tengan niños pequeños sin un suelo bien acondicionado y unos muebles con fieltro en las patas para evitar que provoquen graves molestias a los vecinos a causa del ruido que producen. 
En España parece que el ruido está poco considerado como agresión, pero realmente es equiparable a una agresión. La diferencia es que los ruidos entre viviendas son agresiones relativamente anónimas y requieren una demostración. Pensemos en el caso de un niño que, "jugando", toca una trompeta en pleno oído de un vecino cuando está en el ascensor y le causa pérdida de audición o dolor. ¿Sería una agresión? Nadie lo dudaría. Tuviera la edad que tuviera el niño, los padres deberían compensar a dicho vecino por los daños ocasionados. Del mismo modo, si un niño, "jugando", te abolla el coche en el garaje, tienes derecho a recibir una compensación por los daños. ¿Qué diríamos si el trompetazo y el abollamiento del coche se produjera día tras día? Evidentemente sería denunciable. Pues bien, los ruidos de los vecinos pueden llegar a ser muchísimo más dañinos que un trompetazo esporádico o que te abollen el coche. Conozco a personas que cambiarían la tortura psicológica que les produce el ruido continuo de los vecinos por una bofetada 

La legislación sobre ruidos depende de la normativa local de cada ayuntamiento. Primero infórmese acerca de qué normativa existe donde reside (si es que la hay), y posteriormente, si puede demostrar que la están inflingiendo, plantéese denunciar estos hechos a la policía local.

 

Ahora bien, ya le anticipo que en horario diurno tendrá complicado ganarse derechos sobre ruidos. En España somos ridículamente permisivos con este tipo de incidencias y las molestias que se derivan de las mismas.

 

Si en lugar de ser su hijo quien trabaja por las noches, y necesita de cierta paz para descansar por el día, fuese una pareja de buhos que no pudiese alimetar tranquilamente a sus crías, mañana mismo tendría usted 100 reporteros y 10.000 ecoprogres con pancartas manifestándose en contra de los ruidosos.

 

Mucho me temo que no le queda sino aguantarse e intentar llegar a una solución amisotosa.

 

Saludos cordiales.