Por lo que parece de sus palabras, el precio de 250 euros incluía los consumos, lo cual es lógico al no poder ser individualizados entre varias personas que comparten vivienda y servicios, y porque así suelen ser alquiladas las habitaciones, pero la falta de contrato escrito obliga a probarlo.

La mejor prueba serían los pagos efectuados por el subarrendatario al arrendatario-subarrendador, recibos que me imagino que guardará, se hayan efectuado en mano, a través de banco o de cualquier otro medio que deje constancia.

Por el contrario, si los consumos no estuvieran incluidos en la renta, lo cual también es posible porque pudo haber un acuerdo de pagarlos por ejemplo por mitades, la fianza respondería también de esos conceptos una vez concluido el contrato. La ley dice que el arrendador, en este caso el subarrendador, tiene que devolver el saldo de la fianza en el plazo de un mes desde la conclusión del contrato, transcurrido el cual ha de añadir intereses. Ese tiempo es necesario para recibir las facturas pendientes. Salvo acuerdo de ambas partes, no es válido cobrar los consumos haciendo un promedio de facturas anteriores.